Propiedades del queso de tetilla y cómo se come
El queso de tetilla es un queso con denominación de origen protegida. Uno de los productos más característicos de la gastronomía gallega y que posee unas propiedades nutricionales más que beneficiosas. Su nombre hace alusión, precisamente, a su curiosa forma cónica parecida a la de una tetilla. Pero, ¿cuáles son las propiedades del queso de tetilla y cómo se come?
El queso de tetilla se elabora con leche de vacas gallegas de distintas razas. Un tipo de leche libre de conservantes, medicamentos y calostro. Su periodo de maduración oscila entre los 7 y los 30 días. Este queso posee una corteza gruesa de color amarillo y es de sabor suave y levemente salado y ácido.
Propiedades del queso de tetilla
Las propiedades del queso de tetilla pueden variar en función del tipo y la cantidad de queso. No obstante, contiene algo más de 20 gramos de proteínas, así como vitaminas, grasas y calcio. Además, no contiene azúcar ni carbohidratos. Su elevado aporte de proteínas hace que sea un alimento ideal para las personas que deseen aumentar el sistema muscular.
Precisamente, el hecho de que sea rico en proteínas le permite formar parte de las dietas de niños, adolescentes y mujeres embarazadas. No obstante, conviene siempre que su consumo sea moderado debido a las 376 calorías por cada 100 gramos que posee este queso (una opción con menos grasa es el queso de cabra).
El queso de tetilla también contiene muy buenos índices de calcio. Un mineral muy beneficioso para el desarrollo de huesos y dientes. Otro de los minerales con los que cuenta es el fósforo. Este aporte ayuda al mantenimiento del pH natural de la piel y al fortalecimiento de huesos y dientes.
¿Cómo se come el queso de tetilla?
El queso de tetilla debe conservarse en el frigorífico a una temperatura que oscile entre los 5 y los 8 grados centígrados. Sin embargo, a la hora de degustarlo, la temperatura del queso ya debe estar en torno a los 15-18 grados. Por tanto, lo ideal es no comerlo frío para apreciar mejor sus olores, sabores y texturas.
Por lo general, es un tipo de queso que se asocia con el postre en las comidas. No obstante, es perfecto para cualquier momento del día. Sin ir más lejos, su versatilidad hace que se pueda tomar incluso en la merienda. Además, se puede acompañar no solo de pan, sino también de otros alimentos como nueces, miel, dulce de manzana o membrillo y uvas.
Asimismo, el queso de tetilla es perfecto para fundir o gratinar. Un alimento que viene muy bien como aperitivo, pero también como ingrediente en muchas recetas. De hecho, como relleno su sabor es muy apreciado. Una mousse o una tarta de queso de tetilla están sencillamente deliciosas.
¿Se come la corteza del queso de tetilla?
Quizás esta pregunta te la hayas formulado en alguna ocasión incluso con otros tipos de quesos. Pero, ¿se puede comer la corteza del queso de tetilla? La respuesta nos la ofrece el propio Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente: sí, se puede comer la corteza del queso de tetilla.
Este queso pertenece a la familia de los quesos jóvenes de corteza limpia y sin tratar. Junto a él, está otro de los quesos gallegos más tradicionales, el de Arzúa-Ulloa. En estos quesos, comer la corteza no va a suponer ningún problema.
Tal y como se puede ver, las propiedades del queso de tetilla son muy beneficiosas. Un tipo de queso que se puede comer en cualquier momento del día y que es toda una seña de identidad de la cocina gallega.