Cómo camuflar verduras para niños que no las quieren comer
Que los más peques de la casa coman verduras puede ser una auténtica pelea titánica. Pocas cosas hay más difíciles para los padres y madres primerizos en las primeras etapas del crecimiento de sus hijos.
Pero no os preocupéis, hoy vamos a daros a todos algunos consejos y herramientas que se convertirán en una valiosa arma para vosotros y que os hará poder vencer en la batalla que los niños tienen en contra de la verdura.
Ya conocemos los gustos culinarios de los niños, que no renuncian a un buen vaso de zumo, al chocolate, las galletas o los dulces, ni a las combinaciones de patatas con huevos, salchichas o filetes, hamburguesas, pizzas, espaguetis, perritos calientes o pizzas, pero a la hora de pasar por la verdura, en la gran mayoría de casos esto no es tan sencillo y nos puede costar horrores.
Camuflar las verduras es uno de los trucos más usados
Estudios han demostrado que los paladares de los niños rechazan la verdura antes incluso de meterla en la boca. El primer paso que debéis tener en cuenta es que los ojos comen más que el estómago, por eso esconder las verduras de una forma visual puede ser el mejor truco que podéis realizar si queréis añadir verduras a la dieta de un niño pequeño.
Ver en el plato un pedazo de brócoli hervido no da hambre a nadie, pero si ese mismísimo brócoli lo camuflas cortadito entre un poco de puré de patatas, eliminamos el componente visual de la verdura pero el peque se la comerá sin problema.
Otro truco que es muy útil es servir nosotros mismo de ejemplo. Los niños reproducen comportamientos, y esto, que se aplicable a todos los ámbitos de la vida (leer, hablar con respeto y educación, ser ordenados…), tiene una importancia máxima en algo tan cotidiano como comer.
Conviene que, además de verte comer verduras, pueda ver lo mucho que te entusiasma comerlas. Una charla sobre lo sanas que son no tendrá tanto efecto como que te escuchen decir “¡Qué rico!” o “¡Está buenísimo!” cuando te vean comer verduras.
Y si el maquillarlas entre otras comidas y el usarnos a nosotros mismos como ejemplo a seguir no os da resultado, siempre podéis acudir al truco de hacerlas visualmente atractivas. Cuida los colores y sabores de tus verduras. Cuanto más vivos sean los tonos y mejor olor tengan, más atractivos resultan.
De hecho, es más probable que se entusiasmen más al comer verduras crudas que cocidas a los peques. No tenéis que ser el dalí de las judías, pero con un poco de imaginación (y la ayuda de webs como Pinterest) seguro que podréis preparar para los peques platos divertidos con los que disfrutarán de las verduras y se las comerán sin ningún tipo de problema.
Esperamos que estos consejos os hayan ayudado a pensar cuál será vuestra próxima estrategia para luchar con los peques de la casa a la hora de la comida y que al menos, no acabéis con un plato por encima de la cabeza.