Especial #GadisSalud: la espinaca
Los meses de frío tiñen nuestros platos de verde con verduras de temporada muy variadas: repollo, acelgas, grelos, brócoli, espinaca… Hoy dedicamos nuestro especial #GadisSalud a hablarte de las propiedades y los beneficios de la espinaca. Una verdura de fácil cultivo cuyo contenido en minerales y vitaminas proporciona la fuerza del mítico Popeye 😉. ¿No te lo crees? ¡Sigue leyendo!
Origen y producción de la espinaca
Parece que la espinaca es originaria del Sudeste Asiático y que los primeros cultivos se realizaron en Oriente Próximo, probablemente en la antigua Persia. Fueron los árabes quienes la introdujeron en la Península Ibérica alrededor del siglo XI. Sin embargo, no se expandió por Europa hasta finales de la Edad Media, llegando más tarde al continente americano. En los años veinte y treinta del siglo XX, se convirtió en un alimento muy popular, cuando comenzaron a descubrirse sus propiedades nutritivas, y la aparición de Popeye, el simpático marinero que multiplicaba su fuerza al comerlas, contribuyó a la difusión de sus beneficios. De hecho, durante la Primera Guerra Mundial, los soldados franceses consumían jugo de espinaca para recuperar energía.
En la actualidad, el cultivo de espinaca se ha extendido por todo el mundo, siendo China, Japón y Estados Unidos los principales productores. España es el cuarto mayor productor europeo de espinacas. Se cultivan, fundamentalmente, al aire libre en regadío. En el valle del Ebro se cultiva en torno al 40 % de la producción total. En el interior peninsular, destaca la producción de Albacete, que se destina de manera exclusiva para la industria congeladora. La región de Murcia se ha ido posicionando en el mercado gracias a su clima, ideal para el cultivo de esta verdura, y ya representa el 72,3% de todas las exportaciones. Una quinta parte de la espinaca transformada por la industria española se destina a la exportación, cuyos principales destinatarios son los países del norte y del centro de Europa, grandes consumidores de espinacas y cuyo clima acorta mucho la temporada de esta hortaliza.
Las propiedades de la espinaca
La espinaca se caracteriza por tener un único tallo central, largo y carnoso, del que brotan hojas de color verde intenso, de mayor tamaño en la parte inferior y más pequeñas y delicadas en la parte superior. Entre sus distintas variedades, hay diferencias notables, siendo la más popular la espinaca savoy (de hoja rugosa, crespa y relativamente dura). La espinaca baby no es un tipo de espinaca, sino que se trata de una recolección temprana, buscando mayor ternura en la hoja.
La mayor parte de la espinaca es agua y apenas contiene proteínas, grasas y carbohidratos. Su mayor aporte nutricional es el vitamínico y mineral. Aporta una gran cantidad de folatos, vitamina C y vitamina A y, en cantidades inferiores, de vitamina E, B6 y riboflavina. También contiene magnesio, manganeso, calcio e hierro. Si bien es cierto que se trata de «hierro no hemo», que se absorbe con mayor dificultad, la vitamina C presente en la espinaca mejora su absorción. Entre sus beneficios, destacan:
– Es una fuente de antioxidantes naturales, por lo que ayuda a prevenir el daño celular.
– Contribuye a fortalecer el sistema inmunitario y mejora el estado del cabello y de la piel gracias a su contenido en vitamina A.
– Reduce el riesgo de padecer enfermedades oftalmológicas por su contenido en zeaxantina y luteína, cuya acción ayuda a prevenir la degeneración macular.
– Facilita el tránsito intestinal por su contenido en fibra.
– Ayuda a mantener la salud de los huesos. El calcio, el magnesio y la vitamina K estimulan la reparación, la producción y el fortalecimiento óseo.
– Su consumo es recomendable durante el embarazo por su contenido en ácido fólico.
– Disminuye la inflamación. Es uno de los vegetales con mayor poder antiinflamatorio.
– Y ¡no!, ¡no es un mito! Fortalece los músculos y también el corazón. Contiene un factor llamado C0-Q10, que ayuda al fortalecimiento de los músculos, especialmente los del corazón.
Receta con espinaca
Potaje de garbanzos y espinacas
Ingredientes (4 personas):
– 200g de garbanzo
– 2 cebolletas
– 3 dientes de ajo
– 1 cucharadita de pimentón dulce
– 1 g de pimentón picante (opcional)
– 1 hoja de laurel
– 2 tomates (rallados sin piel)
– 10 ml de vinagre de Jerez
– Caldo de verduras (o de pollo, o agua)
– 2 patatas pequeñas
– 1 manojo de espinaca fresca
– Pimienta negra molida
– Sal
Preparación:
– Si usas garbanzo seco, tendrás que dejarlos en remojo desde la noche anterior.
– Pica la cebolleta y dos dientes de ajo. Pon a pochar la cebolleta con un poco de sal y aceite en una cazuela. Añade el ajo, remueve y deja sofreír unos minutos, vigilando para que no se queme.
– Agrega el pimentón dulce y una pizca picante, removiendo bien rápidamente. Añade el tomate rallado, el laurel y una pizca de sal.
– Incorpora los garbanzos escurridos, un poco de vinagre y remueve durante dos minutos. Cubre con agua o caldo frío. Una vez que hierva, tapa y baja el fuego para dejar cocer lentamente durante 60-90 minutos (si has usado garbanzo seco).
– Cuando lleve una hora, añade las patatas lavadas, peladas y cortadas. Salpimenta y comprueba el nivel de líquido. Debe quedar espeso, pero puede que necesites añadir algo de agua o caldo. El tipo de garbanzo será el que marque el tiempo de cocinado y la cantidad de líquido.
– Cuando esté casi a punto, añade las espinacas. Puedes dejarlas cocinar con la tapa puesta y el fuego ya apagado. No necesitarán mucho tiempo para que no se pasen.
Esta es una receta perfecta para los días de frío, ¿no te parece? Ven a Gadis a por tus espinacas frescas y ¡a cocinar!