¿Qué es la huella de carbono?
Se acerca el final de año y es un buen momento para reflexionar sobre lo sucedido estos últimos doce meses. Uno de estos asuntos que, desde Gadis abordamos con frecuencia, es el impacto ambiental que cada uno de nosotros genera sobre el entorno. Las consecuencias del cambio climático son cada vez más evidentes y eso nos obliga a contraer un compromiso, no solo como sociedad, sino también de manera individual, para mitigar los efectos de nuestras acciones y apostar por la sostenibilidad. ¿Sabías que existe una manera de calcular la huella que nuestros hábitos y rutinas cotidianas dejan en el planeta? Hoy vamos a hablarte de la huella de carbono, la forma de medir nuestro impacto ambiental, así como de los elementos que influyen en su cálculo y de todo aquello que puedes hacer para reducirla. ¿No te parece que el 2021 puede ser el año para medir y reducir tu impacto sobre la Tierra? 😉
¿Qué es la huella de carbono?
La huella de carbono es un indicador ambiental clave porque refleja los gases emitidos por un individuo, organización, evento o producto de forma directa o indirecta. Estos gases se acumulan en la atmósfera y son los responsables del efecto invernadero. Con el cálculo de la huella de carbono, se puede cuantificar el impacto en el entorno y también identificar las posibilidades de reducción de esas mediciones y de compensación de esas emisiones de gases de efecto invernadero que genera cada actividad.
Los principales gases de efecto invernadero (GEI) son el dióxido de carbono (el más abundante), el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono, y están directamente relacionados con el incremento de la temperatura media de la Tierra. De acuerdo con las Naciones Unidas, desde 1990, las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO₂) se han incrementado casi un 50%, ya que se derivan de la gran mayoría de las acciones que realizamos: industria, transporte, consumo, etc. Cabe señalar que, entre 2000 y 2010, el aumento fue mayor que en las tres décadas anteriores. Por eso, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto, el ODS 13 Acción por el clima se centra en la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático que avancen hacia una economía que apenas recurra al uso de carbono. Por tanto, para luchar contra el cambio climático, es fundamental conocer cuál es la huella de carbono.
A nivel individual, el consumo de energía en tu vida cotidiana (electricidad, transporte, etc.) suele requerir de combustibles fósiles, produciendo emisiones de dióxido de carbono o metano. Asimismo, tus hábitos de consumo y la generación de residuos son otros aspectos que pueden incrementar tu huella de carbono. Según The Nature Conservancy, cada habitante del planeta genera una media de casi cuatro toneladas anuales de CO₂, aunque estas estimaciones se cuadruplican en el caso de países como Estados Unidos. Esta organización sugiere que, en 2050, dichas emisiones deberían haberse reducido al menos a la mitad si se quiere evitar que las consecuencias del cambio climático sean irreversibles.
¿Cómo se mide la huella de carbono?
La huella de carbono se controla a través de las mediciones en las emisiones de CO₂ y otros GEI durante todo el ciclo de vida y se suele hacer por un periodo de tiempo, por ejemplo, un año. Existen diversas normativas internacionales al respecto: ISO 14064, ISO 14069, ISO 14067, PAS 2050 o GHG Protocolo, entre otras.
En el caso de las organizaciones, se diferencian tres tipos de emisiones:
– Emisiones directas o de Alcance 1. Son los gases emitidos de forma directa, por ejemplo, por el uso de combustibles fósiles en maquinaria o vehículos, por pérdidas de gases refrigerantes, o por reacciones químicas durante los procesos productivos de la organización.
– Emisiones indirectas o de Alcance 2. Son los gases de efecto invernadero emitidos por el productor de la energía requerida por la organización. Dependen tanto de la cantidad de energía requerida por la organización como del origen energético de la red que provee a la organización.
– Otras emisiones indirectas. Son las atribuibles a los productos y servicios adquiridos por la organización, que, a su vez, habrán generado emisiones previamente. Son las más difíciles de contabilizar debido a la gran cantidad de productos y servicios utilizados por las organizaciones y a la dificultad en conocer las emisiones de estos productos o servicios si no son aportadas por el propio productor.
Asimismo, también han de contabilizarse las absorciones de CO₂ que realiza la organización de forma directa, contrarrestando las emisiones generadas. Aunque no se contabilizan dentro de un inventario, la organización puede informar de sus compensaciones (si las ha realizado). Suelen ser habituales las plantaciones de árboles para compensar las emisiones. La resta entre la huella de carbono y la compensación será el dato real de emisiones de una entidad, si se han compensado más de las emisiones, se dice que somos climáticamente neutrales y le habremos devuelto al planeta un respiro.
Cómo reducir tu huella de carbono
Todas tus acciones dejan rastro: desde el uso del coche hasta cargar el móvil o poner la lavadora. Por eso, aquí te dejamos algunas ideas para que sumes tus esfuerzos y lograr controlar tus emisiones para neutralizar el cambio climático:
– Utiliza alguna de las herramientas gratuitas disponibles en internet para calcular tu huella de carbono personal e identifica los hábitos en los que puedes reducir tus emisiones.
– Apuesta por el consumo responsable basado en productos de proximidad y elaborados de forma sostenible.
– Siempre que sea posible, haz que tus desplazamientos sean de cero emisiones, caminando o en bicicleta. Te ayudará también a mantenerte en forma 😉. Si esa no es una opción prioriza el transporte público o los vehículos eléctricos.
– Cuando haya que cambiarlos, elige electrodomésticos de bajo consumo y haz un uso racional, tanto de ellos como de la calefacción y del aire acondicionado.
– Intenta reducir tus residuos, apuesta por las 7R y utiliza de manera adecuada los contenedores.
Todos los expertos coinciden en afirmar que los próximos años serán decisivos en la batalla contra el cambio climático. Gran parte del éxito dependerá de nuestra capacidad para disminuir la huella de carbono. ¿Eras consciente de tu huella de carbono? ¿Te parece un buen objetivo para el 2021?